11 de julio de 2012

En busca de la aprobación

A poco tiempo de recibir el título profesional y de organizar una graduación, me encuentro encerrada en un pensamiento que quizá pueda despejarme de la presión que esos dos eventos significan. 
Me he concentrado en alejar la búsqueda de la aprobación de los demás. ¿Qué significa realizar una graduación cuando ya has coseguido el título? La ceremonia sólo servirá para poner fotos en redes sociales y guardar un recuerdo de un "triunfo"; pero ¿acaso no basta con haber logrado ya el título y estar personalmente satisfecha? A pesar de que aún sienta agradable la sensación de encontrarme con mis compañeros, todavía no logro entender por qué tenemos que darle la satisfacción a los demás o ir en busca de una aprobación de los nuestros al vernos usar una toga.
Nadie más que nosotros sabe que ya cumplimos y que lo logramos, de cierto modo.
Inclusive tenemos que gastar una considerable suma para hacer notar nuestras metas.
Aunque sé que de todas maneras me empeñaré en que todo se muestre bien organizado, sé muy bien que será un acto protocolar que significará recibir solo halagos y saludos... 
Me sigo preguntando aún de qué sirve todo eso. Y la respuesta es fácil: la aprobación. Según he podido notar en estos ya casi regulares años, no hay mayor satisfacción que recibir la aceptación de la gente para cada cosa que hagamos.
Si es que hay alguien que considere una graduación como paso importante en su vida, está perfecto. 
En mi caso, aún le sigo dando vueltas a la idea. 
Para la fecha en que tenga la toga en la cabeza, ya habré tenido la constancia de egresada, ya habré visto mi grado de bachiller y mi título de licenciada ya habrá pasado por las manos de toda mi familia...

No hay comentarios:

Publicar un comentario