Cuento a mis compañeras de la vida con los dedos de mi mano sin un orden en especial, aunque por el tiempo que las conozco podría haber cierta diferencia.
Todas son buenas completamente desde las puntas de sus cabellos lacios, rulos y despeinados hasta las puntas de sus pies desde tallas entre 36 y 39 (a pesar de no querer aceptarlo).
Sé que son distintas porque siento conocerlas bien. Sus formas de hablar, de hacer chistes o chacota, de mirar, de enojarse son realmente variadas.
Lo más singular para diferenciarlas es escuchando cómo cada una de ellas me da un consejo; por ejemplo, ante dudas o situaciones como estas, los consejos podrían ser:
- ¿Me corto o no me corto el cabello?
"Pero ¿dónde te vas a cortar?"
"Igual siempre te haces el mismo corte"
"Ayyy no sé"
"Córtate honguito (jajajajajajaja)"
"Sí córtate, y que ahora tenga volumen tu cabello"
- Estoy aburrida, ¿qué hago?
"¿Salimos?"
"Te aburres porque eres burra y monce (jajajajajaja)"
"Ven a mi casa y vemos películas"
"Haz algo pues"
- He discutido con él, estoy molesta...
"Ya no hagas caso, siempre es lo mismo"
" Cálmate..."
"Hay que salir para que te olvides"
"Cuentame todo y desahogate"
"¿Quieres que lo golpee?"
Las respuestas que obtengo son infintas y cada una de ellas demuestran las personalidades de mis amigas. Cuando hablan todas juntas, no hay ilación de temas. Son unas locas sueltas que sé que siempre estarán conmigo y yo con ellas.
